En la vida cotidiana muchas veces ocurren cosas de las que no nos enteramos, bien sea porque ocurren muy lejos de nosotros o porque no estamos atentos a las realidades de otras personas menos privilegiadas que nosotros.
En esta historia hay dos personajes principales: Munra y el papa. Algunos recordarán aquella caricatura de los thunder cats, el villano de esa caricatura era munra, una especie de momia muy mala que vivía en el inframundo. El otro personaje principal es el Papa, muchos sabemos que el papa es la máxima autoridad de la iglesia católica y que su jerarquía como líder es a nivel mundial.
Sabiendo esto, vamos a la historia
Munra y el Papa
En un populoso barrio de una ciudad vivía un delincuente a quien le importaba muy poco la vida de otras personas y no tenía temor de Dios en su corazón. A ese criminal lo apodaban el Papa, porque era quien mandaba sobre todos los delincuentes de la zona, y el resto de los que vivían en esa ciudad le tenían mucho miedo, nadie se atrevía siquiera a cruzarse en su camino.
Un día llegó un misionero cristiano a esa ciudad, lo recibieron en una de las casas y decidieron hacer una celebración religiosa y estaban orando juntos cuando de pronto irrumpió por la puerta un joven sin camisa y con shorts. El misionero se puso de pie y le dijo: “¿Vienes a orar con nosotros?”, con voz muy firme.
Todos lo miraban sin decir ni una palabra. El joven respondió: “si, a eso vine” “¿y te vas a quedar?” le preguntó nuevamente el misionero ante la mirada atónita del resto. “ya te dije que si” respondió el delincuente un poco molesto, pero el misionero no se inmutó y le dijo “así no te vas a quedar, ve a ponerte una camisa y regresas” el joven no respondió nada, solo se volteó y cuando iba saliendo lo señaló con el dedo.
Los que estaban en la casa le pidieron que se fuera porque ese era el papa, el delincuente más temido del lugar y el misionero le dijo que Dios estaba con el así que no tenía miedo.
En poco tiempo el delincuente volvió con una camisa puesta pero esta vez traía un arma. El misionero se puso de pie frente a él y le preguntó nuevamente: “¿te vas a quedar?” y el Papa le dijo que sí. El misionero le dijo que le entregara el arma si quería quedarse y ante la mirada estupefacta de todos, el papa sacó el arma y se la entregó.
Tiempo más tarde el misionero y el papa se hicieron amigos y el papa le dijo que no le disparó en aquella oportunidad porque a él nunca nadie le había hablado con autoridad pues todos le tenían miedo y que él sabía que su fin estaba cerca porque se corría el rumor de que Munra lo quería matar.
Munra era otro temido delincuente de la zona que aspiraba tener el primer lugar. El misionero se ofreció a ayudarlo, pero el papa le dijo que la única forma en que le podía ayudar era contándole su historia a muchos para que no cayeran en ese mundo sin salida.
Semanas más tarde Munra mató al Papa y se instaló como el nuevo líder de la zona. Al funeral del Papa solo fueron aquel misionero y su madre, el resto tenía miedo. Tú puedes salvar a muchos de caer en ese mundo contándoles la historia de Munra y el papa. La única salida es no entrar.