A menudo vemos personas que hablan y hablan acerca de dar testimonio de vida. Asisten a la iglesia, predican, hacen algún servicio y luego se van a sus hogares, un poco destrozados por sus malas actitudes y problemas existenciales.
A pesar de que aparenten ser buenos y que den imagen de un Cristo feliz y alegre; la realidad de sus vidas es completamente incoherente con lo que profesan.
Entonces… ¿ser imagen de Cristo es imposible?
Para nada que lo es. Si tus planes son buscar el reconocimiento de otros como una persona a imagen de Cristo, la hipocresía te dominará por completo y, aunque des testimonio de vida perfecto, nunca te encontraras a ti mismo. Así es ¡serás un fariseo hipócrita de los que Jesús tanto le molestaban!
Pero, si por el contrario, quieres de verdad agradar a Dios, sigue estos consejos.
- Analiza tus debilidades y realidad natural: mira bien cuáles son las cosas que quisieras cambiar por ti mismo. Evita enfocarte en aquellas que son plenamente naturales (como la sexualidad), pues la única forma de dominarlas es evitando las situaciones que den pie a que sucedan. Dios te ha dado un cuerpo, una mente y un alma; y cada uno de ellos tienen sus propias potencias. Si él te hizo de esa forma, ¿por qué rechazarte?
- Se humilde: nunca te enaltezcas por nada que hagas, digas o seas. Simplemente se tú, sin resaltarte a ti mismo o ponerte por encima de otros. Nada le gusta más a Jesús que alguien sincero ante lo que es. Recuerda tener cuidado con la falsa humildad; es decir, enaltecerte por ser humilde.
- Se puro de corazón: la pureza de intención es actuar con justicia y rectitud en todos los aspectos de tu vida, tanto para beneficio de ti mismo como para el de otros. Ten mucho cuidado en confundir los motivos de tu intención. Si buscas agradar solo a las personas o conseguir algo de ellas, estarás dejando de lado a Dios.
- Ama a Dios y a tu prójimo: Se honesto en tu relación con Dios y cultívala a través del conocimiento de su palabra y la oración constante. Dile a Dios en que cosas no puedes cumplirle, por tus debilidades, pero esfuérzate por moldearte y cumplir sus mandamientos.
Ser imagen de Cristo puede ser difícil, pero no debes preocuparte. Inicia cada día como el primero y ten siempre a Dios en tus pensamientos.